Propaganda Nazi

La propaganda Nazi fue el intento coordinado del partido nazi para influir en la opinión pública alemana a través del empleo de la propaganda en los medios de comunicación. Fue empleada por el partido nazi y posteriormente, tras el ascenso al poder de Adolf Hitler, por el gobierno de Alemania hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El cine/la TV/radio como herramienta propagandística fue utilizada por ambos bandos antes y durante el conflicto bélico. La propaganda nazi proporcionó un instrumento crucial para adquirir y mantener el poder, así como para la implementación de sus políticas, incluyendo la prosecución de la guerra total y el exterminio de millones de personas durante el Holocausto y durante la ocupación de la Unión Soviética.

En este sentido, se centró en declarar que los judíos eran la fuente de los problemas económicos de Alemania. Asimismo, presentaba temas más comunes entre los países en guerra: la inminente derrota de sus enemigos, la necesidad de seguridad, etc. Los noticieros cinematográficos también fueron usados para ganar el apoyo para la causa nazi. Leni Riefenstahl fue, probablemente, la propagandista más famosa: su película El triunfo de la voluntad es uno de los ejemplos más conocidos de propaganda en la historia del cine. Esta cinta no solo fue popular en el Tercer Reich, sino que ha seguido influyendo en películas, documentales y comerciales hasta el día de hoy.

Joseph Goebbels fue el Ministro de Propaganda en la Alemania Nazi y desempeñó un papel central en la creación de nuevo material antisemita y pronazi para el partido. Estuvo a cargo de una maquinaria de propaganda que alcanzó todos los niveles de la sociedad alemana. El uso generalizado de la propaganda por parte de los nazis es, en gran parte, responsable de que el término en sí haya adquirido sus connotaciones negativas actuales.

En la década de 1920, los propagandistas nazis querían atraer apoyo para su maquinaria política y generar una nueva actitud en el pueblo alemán. Un argumento de peso fue una de las disposiciones del Tratado de Versalles, firmado en 1919, que requería que Alemania y sus aliados aceptasen toda la responsabilidad de haber causado la guerra y, bajo los términos​ que se desarmasen, realizasen importantes concesiones territoriales y pagasen indemnizaciones a los estados vencedores. Por ello, el tratado fue citado antes y durante la guerra como una "advertencia de lo que nuestros enemigos son capaces [de hacer]", una cita directa de un discurso de Joseph Goebbels en 1942.​ Algunos, incluyendo al político en ascenso Adolf Hitler, creían que el Tratado era demasiado duro. Hitler sostenía en Mi lucha que “en la opresión del tratado [de Versalles] y en el descaro de sus demandas, se encuentra la mayor arma de propaganda para el renacimiento de un espíritu nacional.

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